Hace poco que se cumplió un año de la llegada de Susana Díaz a la presidencia de Andalucía y procede hacer balance
de este nuevo tiempo que ha iniciado en el socialismo andaluz. Su liderazgo se
asentó por primera vez sobre el resultado de un proceso de primarias abiertas a
toda la militancia socialista. Fue una decisión voluntaria impulsada por ella,
puesto que en los territorios donde se ejerce la responsabilidad de gobierno
como es el caso andaluz, no es preceptivo hacer primarias para elegir candidata
o candidato si no se decide expresamente.
Este gesto da la medida
del pulso que tiene tomado a la realidad, siendo consciente de que un nuevo
tiempo necesita de las maneras de la nueva política. Quiso llegar a la
presidencia mediante un proceso abierto y participativo y logró recabar el
apoyo de cerca de 23.000 compañeras y compañeros, más del cuádruple del
siguiente aspirante en esta novedosa competencia por ejercer el liderazgo.
Quienes cuestionan el proceso porque no se celebró votación, están despreciando
a la abrumadora mayoría de hombres y mujeres del socialismo andaluz que
depositaron su confianza en ella.
El proceso ha servido
para un relevo generacional en la dirección del partido mayoritario de la
izquierda en Andalucía, que se ha anticipado a su tiempo también en esto. El
paso a primera línea de personas jóvenes y con experiencia, está en consonancia
con los seguidos posteriormente por el Rey Felipe VI en la Jefatura del Estado
y Pedro Sánchez como secretario
general del PSOE. El PP de Rajoy ha quedado fuera de juego, representa un
pasado con olor añejo y rancio, que necesita ser superado por estar anclado en
la vieja política.
En una España teñida de
azul, desde Andalucía se gobierna mediante un pacto entre dos fuerzas políticas
de izquierdas, para desarrollar su acción de gobierno con arreglo a un programa
resultado de su capacidad de diálogo y compromiso. La prioridad de la acción
está siendo el empleo. Crear las condiciones para que las empresas tengan a
favor generar riqueza en un contexto económico muy desfavorable. reducir trabas
burocráticas para emprender, alcanzar acuerdos para atraer inversión productiva
a Andalucía, junto con iniciativas para impulsar la construcción sostenible, la
agricultura y el turismo, son ejemplos de este compromiso.
El mantenimiento de los
servicios públicos del Estado social es la segunda línea central para el
Gobierno que preside Susana Díaz. En
tiempos en los que la crisis golpea con especial dureza a las clases
trabajadoras, se hace más necesario sostener el sistema solidario de garantía
de derechos como la educación, la sanidad y las prestaciones sociales. La
gratuidad de los libros escolares, el mantenimiento de la cartera de servicios
sanitarios y el compromiso de atender a las personas dependientes a pesar de
los recortes de Rajoy, demuestran que es posible otra política desde Andalucía.
El tercer eje del pacto
de gobierno es la regeneración democrática. Se está realizando una labor de
revisión de los procedimientos administrativos, para tomar medidas que impidan
que se vuelvan a producir abusos por parte de corruptos indeseables. Se ha
aprobado la Ley de Transparencia y está en trámite la Ley de Participación
Ciudadana, para profundizar en la calidad de nuestra democracia, para lograr un
mayor control ciudadano sobre la política y empoderar a la ciudadanía más allá
del ejercicio democrático de votar cada cuatro años.
Y todo esto a pesar del
maltrato al que el Gobierno del Partido Popular está sometiendo a Andalucía.
Los más de 8.000 millones de euros que andaluzas y andaluces dejamos de
percibir son un castigo político intolerable, que pone en serias dificultades
abrir cada día nuestros colegios, nuestros hospitales y atender a nuestras
personas en situación de dependencia. Mientras tanto el débil liderazgo de la
derecha andaluza, se comporta servilmente guardando silencio cómplice ante esta
agresión insoportable. No quieren testigos incómodos que demuestren que es
posible gobernar de otra forma, que es posible poner todo el esfuerzo en crear
riqueza y al tiempo ser solidario ante la adversidad que sufre la gente.
Sabemos que no va a ser
fácil la tarea comenzada, como estamos convencidos de que Susana Díaz va a poner todo su empeño en corregir con mano firme
los errores del pasado caiga quien caiga, en gobernar el presente para sostener
la protección que supone el Estado social y en trabajar para que caminemos
juntos hacia un futuro que genere esperanza en las personas, que no deje atrás
a nadie y que demuestre que es posible una salida justa de la crisis desde
Andalucía.
Publicado en La Opinión de Málaga el 19 de octubre de 2014.
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