jueves, 12 de julio de 2012

HAGAMOS UN NUEVO TIEMPO

Tiempos difíciles los que nos ha tocado vivir, tiempos en los que el miedo y la desesperanza se alían con los poderes oscuros no democráticos, esos que denominamos eufemísticamente los mercados, que no son sino la codicia sin límites del dinero que opera sin alma en una economía globalizada, sin reglas que nos protejan del ejercicio caprichoso de su inmenso poder.
            “Ojalá el anillo nunca hubiera llegado a mí, ojalá nada hubiera ocurrido” se lamentaba Frodo en el Señor de los Anillos ante la pesada responsabilidad que pesaba sobre sus espaldas. Y Gandalf sabiamente le respondía: “Eso desean quienes viven estos tiempos, pero no les toca a ellos decidir. Solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado. Hay otras fuerzas actuando en el mundo además del mal”.
            En estos tiempos difíciles asumir el liderazgo del partido socialista es una pesada carga, una enorme responsabilidad que supone el desafío de estar a la altura del papel que corresponde a la organización, como instrumento político de quienes no tienen más poder que el de ser la mayoría de la sociedad cuando comparten un proyecto colectivo.
            Tras la posguerra mundial en Europa fuimos capaces de construir un modelo de convivencia basado en la economía de libre mercado, que ha sido capaz de generar riqueza y prosperidad para una mayoría de la sociedad, redistribuyendo una parte importante de la misma mediante un estado social basado en la solidaridad y en unos servicios públicos de calidad a los que todos tienen acceso en igualdad.
            Esto es lo que está hoy en riesgo de perderse, esto es lo que la derecha neocon ha puesto en su punto de mira como objetivo a batir con la crisis como coartada. Una crisis financiera internacional que comenzó por la desregulación, porque la política perdió espacio frente a las fuerzas del capital, termina convirtiéndose en una crisis política de los estados democráticos por la deuda que tuvieron que asumir para paliar los efectos de la crisis financiera.
            Afrontamos estos tiempos difíciles desde una debilidad que arrastra desde hace décadas la socialdemocracia. Voces autorizadas nos advierten de la pérdida de influencia de nuestro discurso en las clases medias urbanas, de la sangría de votos en los grandes núcleos urbanos. Desde luego, sin duda alguna, saben de lo que hablan porque fueron protagonistas del inicio de este proceso político que comenzó a mediados de la década de los 90, cuando pesaba sobre sus espaldas la responsabilidad de dirigir el partido y las instituciones donde gobernaba el partido socialista.
            Los orígenes son variados y profundos, vienen de lejos por diversos motivos imputables al partido y a la evolución de la economía y la sociedad españolas, los análisis coyunturales y superficiales no ayudan precisamente a resolver un problema complejo y con múltiples causas. Raffaele Simone en “El monstruo amable” señala la pérdida de ideología entre la clase trabajadora, a la que hemos tratado como consumidores en lugar de ciudadanos, también en lo referente a las políticas públicas desarrolladas por los gobiernos socialistas. Un signo de esta confusión aparece cuando hablamos de vender nuestros logros, desviándonos de la función pedagógica de la política, que necesita ser explicada para ser comprendida y compartida.
            Es momento para recuperar el prestigio de la política como instrumento para superar las dificultades individuales con respuestas colectivas a los problemas. Es momento de ser capaces de sacudirnos el shock de haber gobernado el país durante los comienzos de la crisis. Hace falta valentía para reconocer los errores cometidos, para demostrar que hemos hecho muchas cosas bien, con patriotismo cívico pensando en el interés general. Pero lo más importante es que seamos capaces de mirar al futuro con esperanza, con la mirada limpia y sin hipotecas, defendiendo soluciones políticas para un nuevo tiempo, con liderazgos con coraje para escribir su propia página en el socialismo español y europeo.
            Estos son los retos sobre los que nos interpelan hoy los ciudadanos, estas son las cuestiones a las que tenemos que dar respuesta. El sábado que viene, el PSOE de Málaga elige Secretario General, la persona que cargará sobre sus espaldas el liderazgo para construir un proyecto de futuro en la provincia. Miguel Ángel Heredia tiene los apoyos para hacerlo y por lo tanto la responsabilidad de pilotar este proyecto. Como amigo y colaborador confío en su experiencia de estos cuatro años, en su capacidad para escuchar y saber hacer los cambios necesarios para la tarea que tenemos por delante. Para hacer un partido que sea más fuerte en la pluralidad de sus voces y su capacidad de crítica. Para aumentar la presencia del partido en la sociedad y de la sociedad en el partido, con espacios donde compartir la reflexión que nos permita elaborar ideas con la ciudadanía para convertirlas en acción política. Los protagonistas de las historias de superación en tiempos difíciles se rendirían si quisieran pero no lo hacen, siguen adelante, porque todos luchan por algo. Los socialistas como Miguel Ángel lo hacen por la libertad, la igualdad y la solidaridad.
Publicado en MálagaHoy el 12 de julio de 2012.

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